miércoles, 10 de junio de 2009
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"Las representaciones que nos permiten profundizar en nuestro conocimiento de la historia de las mujeres son, en su inmensa mayoría, visiones masculinas de la feminidad." G. DUBY Y M. PERROT
El trozo de vasija es precioso y pertenece a la época clásica de la Antigüa Grecia en la que el rostro aún no cobra expresividad. La figura presenta cierto movimiento y los pliegues de la vestimenta definen su silueta.
ResponderEliminarLas supersticiones y leyendas que se simbolizan en esta época sobre la mujer, deberían contrastar con las que aún hoy día, se siguieran manteniendo. Sin embargo, la misoginia sigue existiendo con otras fachadas.
Me encanta la imagen desnuda de la mujer de Jules Loseph Lefebvre, la luminosidad de su piel, su tul vaporoso y la actitud reposada que mantiene.
Es muy cierto lo que dices. El arte griego significa, entre otras cosas, el protagonismo de la figura humana, la conquista del movimiento y, por ello mismo, del pliegue adecuado de los paños dándoles la caída conveniente,es decir, lo que llamamos el "drapeado".
ResponderEliminarPor supuesto, la misoginia adopta hoy otros ropajes. No en vano el siglo XX ha sido el siglo de la revolución de la mujer. Pero haberla, hayla, por más que adopte formas más sutiles y sibilinas. Y a veces ni eso.
En relación a la pintura de Jules Joseph Lefebvre acaso te sorprenda saber que, como pintor académico, ha sido durante mucho tiempo escasamente valorado pese al éxito que tuvo en su época, suerte que compartió con otros muchos pintores de parecida o similar tendencia. Hoy, día, por suerte, la crítica parece ver las cosas de forma más ponderada.
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ResponderEliminarHermes forjó en el pecho de Pandora mentiras, palabras falaces y la curiosidad. Y es esta semilla la que le conduce a abrir la caja en la que se encierran las desdichas. Eran sociedades que ven como peligroso el hecho de que las mujeres accedan al conocimiento por temor a que perviertan la sabiduría. El mito irradia una fuerte aversión a la mujer, cierto, pero también se erige como elixir de los dioses y de los hombres. A pesar de traer la sombra, el pecado, el dolor y la muerte, también se presenta como un ser claramente superior y poderoso. De todas maneras las Pandoras de la historia siempre han llevado bien su papel, ya le dijo Wedekind, en el Espíritu de la tierra: “Mi dulce animal, no seas melindrosa”.
ResponderEliminarLa pintura de Lefebvre se ve maravillosa, pero más que respeto hacía la caja, lo que a mí me asusta es el abismo y la negrura en que se encuentra envuelta Pandora, está demasiado sola.
He cotilleado un poco y me ha gustado mucho su obra, la alegoría “ Verdad” es bellísima, y deja a la imagen femenina mejor situada en la historia.
El tema de la misoginia, no es ni más ni menos, que la permanente lucha por deshacer los puntos "menos exactos" de que esta tendencia ideológica contiene y un esfuerzo ímprobo en ocultar cuanto de cierto tiene.
ResponderEliminarEstoy en desacuerdo con la idea, pero he de reconocer que no carece de brillantez. Sea como fuere, te agradezco tu colaboración en estas páginas. Espero que no sea la última.
ResponderEliminarNo quiero entrar en posiciones morales sobre la misoginia, pues creo que el verdadero valor de este blog es su concepción de arte y el él no caben ciertas distinciones, sin embargo Comúnmente se confunde a la misoginia con una forma extrema de sexismo y aun de machismo. Esta concepción es errada, la misoginia no consiste en ser partidario del predominio del hombre sobre la mujer, sino en pensar que el hombre debe liberarse de cualquier tipo de dependencia del género femenino. La mujer, y como consecuencia la concepción y la familia, son consideradas como aberrantes y rechazables, o, en todo caso, tal vez buenas o necesarias para otros, pero no para uno mismo.
ResponderEliminarPerdón si soy pesado, prometo que mi próximo comentario versará por el verdadero interés de este sitio.
Antonio Rodríguez Bazaga.
El blog no pretende ser una Historia del Arte, o, al menos, no fundamentalmente. Más bien intenta servirse de la pintura, y aún de la escultura,como documentos que nos hablen de determinados elementos culturales de una época, en este caso, de la condición femenina, normalmente contemplada a través del ojo masculino.
ResponderEliminarEn cuanto al concepto de misoginia, entiendo que, acaso en un plano teórico, esa distinción que tú estableces quizás sea posible. El otro día se me vino a las mientes el caso de Don Pío Baroja y el de su sobrino Don Julio, dos solterones, al parecer, bastante misóginos, pero con un enorme respeto por las mujeres, El primero, en sus novelas (me es imposible olvidar el caso de "Laura o la soledad sin remmedio", o, mejor todavía, "La ciudad de la niebla" donde una personaje, el doctor Iturrioz, le dice a María Aracil, la protagonista de la novela, que se queja de que su vida ha sido un fracaso: "¿Que te ha salido todo mal? No, hija mía, ¿qué quieres tú?, ¿tener una personalidad y ser feliz como las que no la tienen?, ¿discurrir libremente, gozar del espectáculo de la propia dignidad y además ser protegida? (...) Hay que elegir. ¿Quieres ser el pájaro salvaje que busca sólo su comida y su nido? Pues hay que luchar contra el viento y contra las tempestades. (...) Delante de ti tienes dos soluciones: una, la vida independiente; otra, la sumisión. Vivir libre o tomar un amo, no hay otro camino". Evidentemente, esas no son palabras de un machista. En cuanto a su sobrino, Julio, basta leer "Los Baroja", para darse cuenta de su enorme respeto por la condición femenina, acaso derivado del intenso amor y profunda admiración que siempre sintió por su madre.
Pero si atendemos a lo que por misoginia se ha entendido a lo largo de la historia, la verdad es que se trata de un término asociado casi siempre a una devaluación del sexo femenino. Y desde la más remota antigüedad. Basta leer algunos textos griegos y latinos para comprobarlo. Y basta por hoy. Volvamos al arte.